De Brujas a Ámsterdam en barco-bici
Bélgica, Europa, Holanda
Tipo de Ruta
Barco-Bici, Guiados, Viajes en Bicicleta
Nivel de Dificultad
Duración
8 días & 7 noches
Inicio - Destino
Brujas - Amsterdam
Número de participantes
2
Precios desde
945 €
En barco-bici entre Bélgica y Holanda
Pedalear y navegar entre Bélgica y Holanda, «de Brujas a Ámsterdam en barco-bici», es una forma muy agradable de ver el típico paisaje de estos países tan bajos y llanos. El Siglo de Oro holandés y la potencia comercial de las ciudades flamencas en la Edad Media, unidos en una sola ruta. Se darán cuenta enseguida de las grandes diferencias entre el verde paisaje de los pólderes holandeses rebosantes de agua con sus pueblos y carreteras tranquilas y el antiguo mundo insular de la provincia de Zeeland (Zelandia) con pastos, ensenadas y diques. Por si fuera poco, la pintoresca campiña flamenca entre las ciudades belgas de Gante y Brujas como puntos de referencia.
El siglo de oro holandés
Evidentemente, los grandes ríos holandeses y flamencos, característica destacable de esta zona, forman parte de la ruta y os acompañarán hasta llegar a las obras del Delta, evidencia de la eterna lucha contra el mar del pueblo holandés. Magníficas ciudades en la provincia de Zeeland: Middelburg, Vlissingen o Zierikzee pondrán el toque cultural y recordarán la riqueza en la que vivieron durante el siglo XVII, el Siglo de Oro holandés.
Gastronomía
Hoy día, estas ciudades no tienen conexión directa con el mar, ya que un conjunto de diques se encarga de protegerlas. Mejillones, berberechos y almejas de esta zona llenan a menudo los menús de muchos restaurantes a ambos lados de la frontera.
Alojamiento
En el viaje «De Brujas a Amsterdam en barco-bici» tu alojamiento es en un barco que navega por los ríos o el mar a tu siguiente destino, mientras que pedaleas tranquilamente visitando pueblos pintorescos, ciudades antiguas, molinos… Duermes en un camarote de dos plazas (o de tres) con servicios de agua caliente y fría, ducha y aseo. El día a bordo empieza a las ocho, con un abundante desayuno reparador. Si algún día alguien no quiere ir en bicicleta, puede quedarse a bordo y disfrutar de la típica brisa holandesa. Después de un día de bici y turismo por los pueblos, regresas por la tarde otra vez al barco, donde dejas tu bicicleta y disfrutas de una cena entrañable.