De Ámsterdam a Brujas en barco-bici
Bélgica, Europa, Holanda
Tipo de Ruta
Barco-Bici, Guiados, Viajes en Bicicleta
Nivel de Dificultad
Duración
8 días & 7 noches
Inicio - Destino
Amsterdam - Brujas
Número de participantes
2
Precios desde
860 €
Este viaje en barco y bici de Ámsterdam a Brujas combina dos países, Bélgica y Países Bajos (Holanda) y a través de dos medios de transporte típicos, nos enseña una gran variedad de paisajes y cultura de una forma diferente. Primero iremos en bici por el pólder de Holanda al sur de Ámsterdam y seguimos por los campos siempre verdes hacia la histórica ciudad del queso, Gouda. Avanzamos hacia el sur pedaleando por estrechos carriles bici a lo largo del río Lek para contemplar el sitio único de Kinderdijk (Dique de los Niños, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO) donde hay 19 molinos de viento. ¡Podemos entrar y ver un molino por dentro! Seguimos por la provincia de Zelandia, una región que siempre ha luchado contra el agua, ya que gran parte está bajo el nivel del mar. Después de la gran inundación de 1953 los Holandeses diseñaron las famosas Obras del Delta (declaradas una de Las Siete Maravillas del mundo moderno) que vemos de cerca. Pedaleando entre el Mar del Norte y la Tierra Holandesa entenderemos la difícil lucha contra el agua. Cruzamos en ferry a Flandes y visitamos las preciosas e históricas ciudades de Gante y Brujas.
En este viaje podemos degustar los arenques y anguilas de Holanda, sus famosos mejillones «azules», su famoso queso y luego seguir con los riquísimos bombones de Bélgica, y su buena cerveza (hay cientos diferentes tipos de cerveza para cualquier ocasión, y a cada una le ponen su propio vaso). En ambos países hay una rica tradición de comprar patatas fritas recién hechas en los kioskos.
El mismo viaje se hace también al revés, empezando en Brujas y terminando en Ámsterdam.
Tu “hotel” es un barco que navega por los ríos o el mar al siguiente destino mientras que pedaleas tranquilamente visitando pueblos pintorescos, ciudades antiguas, molinos… Duermes en un camarote de dos plazas con servicios de agua caliente y fría, ducha y aseo. El día a bordo empieza a las ocho, con un abundante desayuno. Si algún día alguien no quiere ir en bicicleta, puede quedarse a bordo y disfrutar de la agradable brisa holandesa. Después de un día de bici y visitas a los pueblos, volverás por la tarde de nuevo al barco, donde dejas tu bicicleta y disfrutas de una cena entrañable.